MÁRMOL


MÁRMOL es una comedia amarga, una tragedia contemporánea en la que sus cuatro héroes se encuentran abocados a un destino del que escapar es imposible y en el que un sueño puede convertir la vida en pesadilla.

En “MARMOL”, Marina Carr establece un debate entre el deseo de ser libre a cualquier precio y el valor de nuestros compromisos. 

Sueño y realidad se convierten en la función en los dos polos entre los que estamos obligados a vivir.


FICHA ARTÍSTICA

Reparto: Susana Hernández, Pepe Viyuela, José Luis Alcobendas y Elena González

Escenografía: Mónica Teijero

Vestuario: Mª Luisa Engel

Iluminación: Daniel Checa

Sonido: Mar Navarro

Ayudante de producción: Lucía Fernández

Dirección: Antonio C. Guijosa

SINOPSIS

Art y Ben encarnan el arquetipo del triunfador actual.

Amigos de toda la vida, profesionales de éxito, los dos están casados, tienen hijos, una sólida posición económica, y lo que en resumen podríamos considerar una vida plena y satisfactoria.

Pero un día Art le cuenta a Ben, en tono casi jocoso, que ha soñado que se acostaba con Catherine, la mujer de Ben, en una habitación cubierta de mármol. Esa misma noche, Ben descubre estupefacto que su mujer ha tenido exactamente el mismo sueño, con su amigo Art.

Pasan las semanas y Art y Catherine siguen teniendo sueños compartidos ante la desesperación de Ben y el escepticismo de Anne, la mujer de Art.

Lo que en un primer momento era algo puramente anecdótico comienza a rasgar los tejidos de unas relaciones que se creían perfectamente consolidadas

y llevará a que todos se replanteen las opciones que han ido tomando conscientemente y las que han llegado casi sin que ellos se dieran cuenta.

Hasta que Catherine se atreve a cruzar los límites y todo lo que creían seguro salta por los aires.

“Siempre se siente nostalgia por la vida que no se ha elegido”

Hay días en que uno echa la vista atrás y ve el camino que ha recorrido. Me pasa a mí que acabo de cumplir los treinta y seis, supongo que a partir de cierta edad es casi inevitable.

Mirar atrás. Revisar las elecciones que se tomaron; también lo que ocurrió porque en realidad en aquella ocasión no llegamos a decidir nada.

Todo eso nos conduce al hoy, al lugar en el que estamos.

Y alrededor del camino recorrido aparecen los caminos que no tomamos, ahora fantasmales, y los sueños que dejamos ir. En esta revisión siempre se descubre alguna traición hacia uno mismo. Esa traición nos duele. Uno se pregunta si no está a tiempo, si no le queda una oportunidad, si...

En un lado un sueño extraño, sublime, recurrente.

En el otro la realidad de la vida cotidiana que hemos construido, con sus momentos hermosos, con sus miserias cotidianas. ¿Qué es más destructivo para nosotros, traicionar nuestros deseos más

profundos o romper las promesas de nuestra vida ya construida? ¿Estamos a tiempo de rectificar? ¿tiene sentido arriesgar lo que nos ha permitido llegar hasta aquí por algo que no sabemos si realmente existe? ¿Es posible alcanzar lo sublime?

Ése es el viaje que hace Catherine en la función, arrastrando con ella a los otros tres personajes. Pero cada uno de ellos lo vive de una manera muy diferente.